Informe: la UNPACU distribuye ayuda humanitaria a más de 2.000 personas vulnerables en Santiago de Cuba

Labor de ayuda humanitaria de José Daniel Ferrer en Cuba

INFORME COMPLETO DE AYUDA HUMANITARIA (PDF):

DOSSIER RESUMEN (PDF):

En tan sólo dos meses, y desde el primer día que José Daniel Ferrer salió de prisión, el 16 de enero de 2025,  la UNPACU ha distribuido 14.045 servicios de ayuda humanitaria (entre desayunos, comidas, cenas y atención médica) a más de 2.000 beneficiarios únicos distintos, alcanzando a un ritmo creciente de más de 400 personas diarias. Como respuesta, el régimen incomprensiblemente reprime y persigue esta actividad y, lo que es peor, a sus vulnerables beneficiarios. El informe por primera vez revela toda una vida de activismo humanitario del líder social José Daniel Ferrer, cuya labor de ayuda humanitaria ha sido el eje de su accionar desde su inicio en el activismo en 1991 y la principal causante, como se verá, de su persecución en Cuba.

ESTE INFORME SE PRESENTA JUNTO A UN DOSSIER (ES / EN) Y UN VÍDEO DOCUMENTAL

1. Inicios de la labor de ayuda humanitaria de José Daniel Ferrer (1991)

José Daniel Ferrer inició su activismo en la labor humanitaria en el llamado “Período Especial”, cuando contaba con 20 años de edad. En mayo de 1991, era evidente que Cuba estaba inmersa de lleno en un período de colapso económico y la población ya estaba sufriendo situaciones de hambruna como resultado de la deriva político-económica que hacía irremediable el agravamiento de la crisis tras la caída de la Unión Soviética. Cuba no tenía una economía diseñada para incentivar la creatividad, la diversidad y la producción y la competitividad nacional y, más bien al contrario, había sido estructurada política y económicamente como un satélite de la Unión Soviética. La caída de la URSS sumió súbitamente a la población en una crisis sin precedentes.

En 1991 José Daniel Ferrer vivía en una zona rural, Manganeso, cerca del poblado de Palmarito de Cauto, una población muy humilde colindante con el Embalse Canasta, después rebautizado como “Protesta de Baraguá”, cuando ideó una manera de dar de comer a sus familiares y creó, junto a Luis y Ana Belkis Ferrer una iniciativa de pesca en el Embalse. Pronto empezaron a ver resultados, y de disponer de un pequeño bote de remos pasaron a disponer de hasta 10 botes y un promedio de 35 pescadores que disponían de muchos centenares de metros lineales de redes con las que constantemente salían a faenar.

José Daniel, viendo la cantidad de pesca disponible, con apenas 20 años se marcó el objetivo de alimentar al máximo de familias de la zona. La iniciativa suministraba el sustento de las 35 familias de los pescadores, y el superávit tras esta primera labor de ayuda humanitaria y social, en torno al 30% de total, lo destinaban a suministrar alimentos a miles de personas en situación de vulnerabilidad de la zona, hasta abril de 1997, cuando la cooperativa de pesca sufrió el vandalismo y la persecución de la Seguridad del Estado debido al impacto positivo en los miles de beneficiarios en toda la zona (Palmarito de Cauto, Palma Soriano y Santiago de Cuba). El régimen monopolizaba entonces el suministro de alimentos de la población, y convertirse en una alternativa al régimen se percibió como una amenaza de tipo político.

En paralelo a la cofradía de pesca, el joven José Daniel y su hermano Luis Enrique desarrollaron una iniciativa agraria en la que involucraron a algunos miembros de la cooperativa de pesca, y contrataban a varios trabajadores para que les ayudaran a cosechar en diferentes parecelas de la zona en las que cosechaban quintales de viandas y hortalizas diversas (plátanos, yuca, calabazas, habichuelas, quimbombó, berenjenas y pimientos, tomates, entre otros) que, igualmente, servían tanto para alimentar a las familias que colaboraban con esta iniciativa como a otras muchas a las que suministraban alimentos de forma gratuita. Igualmente, iniciaron la crianza de cerdos, tanto para la alimentación propia de los miembros de la cooperativa de pesca como para repartir gratuitamente entre la población, aunque esta producción era más limitada.

El impacto fue enorme y José Daniel generó un vínculo de agradecimiento y admiración en la zona que le convirtió en una persona muy querida y respetada por la población. Con estos productos del agro y la pesca lograban alimentar de forma caritativa, además de a todas las familias de la cooperativa, a un promedio de entre 150 y 300 personas vulnerables cada mes, tanto con los vegetales, carne y pescados sin elaborar, como con los productos que elaboraban con éstos y que distribuían gratuitamente entre la población, generando un impacto en decenas de miles de personas en la zona entre mayo de 1991 y abril de 1997.

Aunque toda esta actividad comunal se realizaba de forma clandestina, José Daniel y su familia aún no eran conscientes, en toda su magnitud, de la afrenta que suponía para la dictadura dar de comer a miles de personas de la zona sin su participación.

Además, aunque intentaban realizarlo de la forma más clandestina posible, en paralelo los hermanos Ferrer también compraban cintas de audio para distribuir las noticias del mundo libre entre la población, realizaban grafitis libertarios, y compraron máquinas de escribir con las que realizaban pasquines de concienciación para la población que lanzaban y regalaban en los caminos y carreteras. Por algunas de esas actividades, los hermanos eran detenidos de forma rutinaria como sospechosos, aunque el cerco se agravó con el paso del tiempo.

En 1995, José Daniel fue detenido e interrogado por la policía política para amenazarle sobre las actividades de pesca en directa relación con su postura ideológica, que el régimen ya conocía. Si quería mantener la subsistencia de su familia, la condición que le impusieron las autoridades es que José Daniel Ferrer no manifestara crítica alguna a la llamada “revolución”, una amenaza a la que el aún muy joven José Daniel no dio importancia y que no logró alterar su accionar humanitario y político.

En la noche del 26 de marzo de 1997, la Seguridad del Estado emboscó y disparó con escopetas de cartuchos y sin aviso previo a los pescadores que en ese momento faenaban en varios botes de pesca, entre los que estaba el hermano de José Daniel, Luis Enrique Ferrer, que resultó ileso, pero se enfrentó verbalmente a los represores por la atrocidad cometida. Varios de los miembros de la cooperativa de pesca fueron heridos en aquella noche y, ante esto, José Daniel Ferrer y su hermano Luis Enrique decidieron regalar todos los botes y artes de pesca (fundamentalmente centenares de metros lineales redes de pesca) y dejar en manos de las familias de los pescadores toda la actividad pesquera para evitar que la policía política afectara aún más a dichas familias. A partir de ese momento la policía política siguió persiguiendo a los pescadores y sus familias hasta que apenas sólo 5 de ellos pudieron seguir con la actividad. Una de las familias que siguieron con la actividad, la familia de Ana Belkis Ferrer García, hermana de José Daniel, siguió alimentando con los productos de la pesca y otros alimentos a decenas de personas al mes. La labor de ayuda humanitaria de la UNPACU a partir de dicho momento recayó, por tanto, a partir del desmantelamiento de la iniciativa de pesca por parte de la policía política, sobre esta hermana de José Daniel Ferrer.

En 1998, la situación económica de José Daniel Ferrer y su hermano Luis Enrique era paupérrima, pero la continuidad de la actividad pesquera y agro de su hermana Ana Belkis Ferrer les permitió también mantenerse y enfocarse únicamente en la actividad de derechos humanos. Es en dicha época en la que, tras años de labor de ayuda humanitaria, José Daniel se centra en dedicarse al activismo de derechos humanos en un terreno más político.

2. El Proyecto Varela

Una vez teniendo que renunciar a toda actividad económica, debido a la atención y represión que el régimen ejercía contra José Daniel y Luis Enrique Ferrer, e inmersos en la actividad de derechos humanos recabando firmas para el Proyecto Varela, ambos sobrevivían del sustento que su hermana Ana Belkis, aún con una modesta actividad agro y pesquera, podía suministrarles.

Viajando incansablemente de localidad en localidad, creando redes de activismo y recogiendo firmas por todas las 5 provincias orientales, el efecto de la hambruna en los hermanos era notable en sus cuerpos, indistinguibles de los de aquellos muchachos altos y fuertes, bien alimentados, que antaño crearan la cooperativa de pesca. Sin embargo, no les faltaba alojamiento en toda la zona.

La labor de ayuda humanitaria de años había traspasado las fronteras de su localidad, y en numerosas localidades de Santiago de Cuba había quien se prestaba gustosamente a alojar a los hermanos mientras estos realizaban sus actividades de derechos humanos. Aún así, los hermanos pasaban semanas enteras a base de pan, agua y maní para no cargar a las familias que los alojaban con cargas que en dicho período especial eran complejas de asumir, y apenas podían cambiarse de ropa. Sus zapatos se convirtieron un martirio permanente para sus pies, y dormían muy a menudo en los laterales de las carreteras, en estaciones de tren y autobuses, y lugares inhóspitos diversos mientras viajaban para ilustrar a la población sobre los derechos humanos, la necesidad de un cambio en Cuba, y fomentar el Proyecto Varela, recabando firmas por doquier y sin descanso. Todo ello, mientras se organizaban en parejas de activistas para enfrentar las consecuencias de la también incansable persecución y detenciones del régimen, de forma que siempre uno de ellos pudiera mantener a salvo el trabajo realizado.

La actividad de derechos humanos de José Daniel Ferrer, gracias también a los vínculos con la población arraigados por los años de labor de ayuda humanitaria, tuvo un éxito sin precedentes. Esa actividad caritativa durante años, y la arbitraria e inhumana represión del régimen en contra de ésta y contra los hermanos Ferrer García, crearon hacia José Daniel y su hermano un arraigo extremadamente fuerte e indeleble en buena parte de la población en Santiago de Cuba. Tanto fue así que, con el apoyo de las redes de activistas dependientes de ellos, y que ellos creaban y fortalecían viajando por todas las 5 provincias orientales de Cuba, y el apoyo de adicional de muchos católicos y masones de todas las 5 provincias orientales que tuvieron un comportamiento solidario y desinteresado destacable, José Daniel y Luis Enrique fueron los colectores del 45% de todas las 11.020 firmas recogidas por el Proyecto Varela en toda la isla. La solidaridad de muchas personas en las localidades que visitaban permitió que los hermanos pudieran potenciar sus desplazamientos y su activismo, además de crear una red de protección para evitar los intentos de detención constante de la policía política, que los perseguía ávidamente por toda la región. No obstante, lo logrado se realizó también enfrentando el enorme miedo en la población y el control de personas relacionadas con el régimen que saboteaban muchos de los esfuerzos de los hermanos por, en última instancia, democratizar el país con el activismo pacífico que abrazaron desde que comenzaron con estas tareas.

3. Primera estancia en prisión (2003- 2011)

En los días 18, 19 y 20 de marzo de 2003, decenas de activistas en toda la isla fueron detenidos por haber participado en la recolecta de firmas para el Proyecto Varela. Es un momento tristemente histórico de Cuba que se denominó la “Primavera Negra”. Los afectados por esta razzia pasaron a denominarse “El Grupo de los 75”. José Daniel estaba entre los principales detenidos el día 18 de marzo, y primeramente la fiscalía solicitaba su ejecución por recabar firmas. José Daniel Ferrer fue trasladado al tenebroso centro medieval de torturas conocido como el Centro de Detención de Versalles, en Santiago de Cuba, donde por 40 días de presión y amenazas para que dejara el país, a lo que se negó aún con la amenaza del fusilamiento, se le trasladó definitivamente a prisión. Antes de terminar con las torturas en Versalles, a José Daniel se le ofreció trasladarlo a una prisión cercana a su domicilio donde tendría visitas, pero tendría que comprometerse a “ver y callar” todo cuanto sucediera en prisión y a no realizar activismo prodemocrático en ella. José Daniel no aceptó el trato y fue remitido a otra prisión de máxima seguridad, la más alejada posible de su hogar, la de Pinar del Río, a mil kilómetros de distancia de Santiago Cuba.

Tras cambiar la fiscalía su petición de pena de muerte por una condena de cadena perpetua, un tribunal represor del régimen finalmente le impuso una condena de 25 años de privación de libertad, sin duda por la enorme presión internacional, donde incluso la Amnistía Internacional de antaño declaró a decenas de personas como Prisioneros de Conciencia. Hoy en día, de los miles de detenidos el 11J (“entre 5.000 y 8.000 personas en todo el país”, según Naciones Unidas) y los procesados por dichas manifestaciones, en torno a 2.000 según nuestros propios registros en Prisoners Defenders, apenas una decena han sido objeto de dicha atención.

3.1. Labor de ayuda humanitaria en prisión

En la Prisión Provincial de Pinar del Río, José Daniel continuó con su labor de ayuda humanitaria dentro de prisión, lo que era propiciado porque las prisiones del occidente de Cuba, aún claramente tenebrosas, no llegan al nivel de control, miseria inhumana y torturas que se sufren en las prisiones del Oriente de Cuba, donde los intentos de suicidio se suceden uno tras otro mediante todo tipo de fórmulas, como la auto inyección de petróleo o excrementos, y los ahorcamientos, entre otras.

En esta prisión, José Daniel Ferrer descubrió las enormes carencias de medicamentos, de alimentos y vitaminas entre los presos, y decidió emplear su apoyo social de personas solidarias por todas las provincias orientales, el creciente apoyo de los cubanos solidarios dentro y fuera de Cuba, y el apoyo del Movimiento Cristiano Liberación, canalizadas a través de su familia, para realizar repartos de medicinas y vitaminas a los presos en peores condiciones. Hasta los carceleros le solicitaban ayuda humanitaria a José Daniel con estos insumos que él logró llegaran en cantidades suficientes gracias, de nuevo, al poso de la labor humanitaria realizada desde 1991 en todas las provincias orientales, unido a la atención y apoyo de más y más personas en todo el mundo conscientes de la necesidad de apoyo a los presos políticos y, también, a José Daniel Ferrer.

Comenzar a realizar la labor de ayuda humanitaria en prisión también le costó la salud. A pesar de que la triste subsistencia de los presos se debe a los alimentos que reciben de los familiares, la denominada “jaba” o bolsa de alimentos, las autoridades del penal limitaron la cantidad de alimentos que los presos podrían recibir a un máximo de 45 libras cada cuatro meses, el equivalente aproximado de 5 kilogramos al mes.

La intención de José Daniel era introducir en prisión alimentos para decenas de presos, por lo que comenzó una larga huelga de hambre en noviembre de 2003 con el fin de aumentar el límite de dicha medida y, así, poder contribuir para mejorar la salud de los reclusos en condiciones extremas. Como represalia, fue internado 46 días en completo aislamiento, en una celda de castigo pestilente llena de gusanos y en casi absoluta oscuridad, donde apenas podía verse sus propias manos, y donde sólo tuvo acceso al agua corriente para ducharse en 6 ocasiones. La protesta, que fue acompañada por otros presos, dio efecto gracias al apoyo y la valentía no sólo de José Daniel y los reclusos que lo acompañaron, sino al firme apoyo de su familia, que no dejaron de presionar de todas las formas posibles a las autoridades, tanto en los medios como en las puertas del penal. Sin embargo, y a pesar de la victoria parcial, a José Daniel le castigaron durante los 6 meses siguientes sin visitas debido a su firme liderazgo en dicha movilización.

Gracias al resultado de la ampliación de la cantidad de alimentos que cada preso podía recibir en el penal, y a los insumos que su familia y el colectivo solidario diverso que le apoyaba fuera de prisión, José Daniel Ferrer pudo introducir en el penal muchos más alimentos y medicinas para repartir éstos entre varias decenas de presos mes a mes de manera recurrente. En dichos meses en la Prisión Provincial de Pinar del Río, José Daniel repartió entre los reclusos más necesitados todo tipo de alimentos diversos, medicinas y vitaminas. Incluso algunos guardias en la prisión, los más humanos y sensibles con la situación generalizada de pobreza, se acercaban a José Daniel en la madrugada -cuando no eran escuchados por terceros- para solicitarle algunas medicinas y alimentos para ellos e incluso para sus familias.

A José Daniel, tras un año y tres meses, debido a una protesta y huelga de hambre a la que se unieron Leonel Grave de Peralta, Diosdado González Marrero y José Ubaldo Izquierdo en apoyo al preso político Normando Hernández González, y que derivó en el confinamiento en solitario de José Daniel por 84 días, le trasladan a la prisión de Camagüey, la llamada prisión Kilo 8, que también se conoce por su nombre “Prisión de máxima seguridad La 26” y por el apelativo Prisión “Se me perdió la llave”, que le otorgaban los propios carceleros, en alusión que al encerramiento absoluto habitual destinado a los presos, donde la situación se presentó mucho más compleja en inicio, y la capacidad de realizar acciones humanitarias estaba más restringida que en la prisión de Pinar del Río.

Ante las palabras de “bienvenida” del Jefe de Logística de la prisión Kilo 8, junto a dos funcionarios, tratando de intimidar a José Daniel sobre las condiciones de la prisión, José Daniel reaccionó con firmeza: “A mí o se me respeta, o se me mata. Si me vas a matar, procedan ya. Si no, me tienen que respetar. A mí no me interesan ni sus advertencias ni sus consideraciones”. El punto de partida establecido por José Daniel sentó las bases de la distancia con los represores en dicha prisión. En numerosas ocasiones, José Daniel Ferrer fue testigo en dicha prisión de su severidad extrema, como cuando los carceleros aterrorizaron y provocaron el ahorcamiento de un recluso de Cienfuegos, José Hernández, y de la muerte a palos en un solo día, con bates de béisbol, palos de madera y de metal, reventando las masas encefálicas de los presos y pisoteando éstas por los pasillos del penal, a los presos comunes Amaury Medina Puig, de 28 años, natural de Palmira (Cienfuegos), y Carlos Rodríguez Labrada, de 24 años, residente en Cienfuegos. Los hechos ocurrieron el 29 de julio de 2007 en torno a las 7 de la tarde, y se provocaron por una pelea entre 4 presos, 3 de Cienfuegos y uno de Holguín. Los de Cienfuegos apuñalaron al holguinero, que se recuperó posteriormente, tras esa acción lanzaron sus cuchillos caseros al patio y se entregaron a las autoridades del penal en clara sumisión. Los guardias de la prisión acabaron de la manera descrita con la vida de los presos Amaury y Carlos.

Esta prisión, la Kilo 8, tenía un sistema de medidas que hacían muy complejo, en principio, iniciar la labor de ayuda humanitaria con la misma intensidad. Sin embargo, de nuevo José Daniel Ferrer lideró la resistencia y protestas dentro de la prisión, otra vez más a costa de su cada vez más mermada salud, pero que ampliaron las posibilidades de ayudar humanitariamente a otros presos. De esta manera, pudo retomar su labor de ayuda humanitaria, si bien en menor escala que en Pinar del Río. Destaca la labor de ayuda humanitaria en aquellos tiempos de activistas como el preso de conciencia Juan Carlos Herrera Acosta dentro de prisión.

Para lograr tener acceso a medicamentos y alimentos adicionales de las familias en esta prisión que en realidad iban destinadas a los presos más necesitados, José Daniel Ferrer recurrió a demandar con insistencia medicinas y medicamentos para dolencias propias, y así logró continuar con su labor de ayuda humanitaria dentro del penal para los más vulnerables y necesitados.

Tras 3 años y un día en la prisión Kilo 8 de Camagüey, de los cuales uno estuvo en aislamiento, José Daniel fue trasladado a la Prisión Provincial de Guantánamo durante 9 meses. En ese corto espacio de tiempo, José Daniel pudo dar atención humanitaria a numerosos presos con mayor facilidad que en Camagüey, logrando atender a decenas de ellos.

Posteriormente fue trasladado a la Prisión Provincial de Las Tunas. Sin bien esta prisión tenía unas condiciones represivas similares a la Kilo 8 de Camagüey, gracias a 3 presos comunes que escalaban paredes y techos cuando estaban en el patio, José Daniel podía comunicarse con otros destacamentos del penal enviando y recibiendo mensajes para coordinar los servicios de ayuda y labor de ayuda humanitaria para a los presos, tanto políticos como comunes.

Tanto en las prisiones de Pinar del Río, como en Camagüey, como en Guantánamo, José Daniel también daba asistencia psicológica a los presos, especialmente en aquellos casos de depresivos suicidas que sobrevivían a intentos de consumar el suicidio. Incluso en la prisión de Camagüey, cuando estuvo confinado en un destacamento con 80 reclusos y una celda compartida con 8 de ellos, los guardias recurrían a él para que calmara a los suicidas en crisis, labor de ayuda humanitaria que desarrolló fuertemente en este período. Incluso llegaron a llevar a su celda a los presos en estas condiciones para que él desarrollase su labor de terapia psicológica.

El último período de confinamiento antes de su liberación, 4 meses, José Daniel Ferrer fue trasladado a la prisión de Aguadores, en Santiago de Cuba. Allí pudo ayudar humanitariamente con alimentos y medicinas a un centenar de presos a pesar de que estuvo en aislamiento buena parte del tiempo.

El efecto de todas estas intervenciones, como relató a Prisoners Defenders antes de su fallecimiento Juan Carlos Herrera Acosta, admirado y apreciado amigo de esta organización, fue de simpatía, acercamiento, solidaridad y acompañamiento de los presos políticos por parte de los reos comunes, muy dados en circunstancias normales a venderse por prebendas a la policía política dentro de prisión, incluso realizando habitualmente acciones represivas a través de éstos.

La labor de ayuda humanitaria en prisión, una vocación inherentemente ligada a la persona de José Daniel Ferrer, al igual que la labor de ayuda humanitaria fuera de prisión, tenía unos efectos muy positivos en la población, en este caso la población penal, hacia el activismo de derechos humanos gracias a una toma de conciencia que, como insiste José Daniel Ferrer, sólo el ejemplo puede infundir. Por el contrario, los presos políticos que no tienen un comportamiento solidario en prisión con los problemas comunes o ajenos, por defecto son mirados con recelo y repudio por parte de la población penal.

La labor de ayuda humanitaria de José Daniel Ferrer tanto desde 1991 como hasta la actualidad, siempre ha contado con un gran pilar de sostén, el apoyo de su hermana, Ana Belkis Ferrer García, que hasta la actualidad ha seguido siendo el pilar más firme y solidario que ha servido de sostén al activismo de la UNPACU y de su hermano José Daniel en la isla.

En este período de 2.003 a 2.011 fueron clave para el sostén de la labor de ayuda humanitaria de José Daniel Ferrer, además de Ana Belkis, la madre de José Daniel Ferrer, Amelia García Vega, la ex esposa de José Daniel, Belkis Cantillo Ramírez, y la ex esposa de Luis Enrique Ferrer, Milka María Peña Martínez. Cuatro destacadas mujeres activistas sin las cuales, reconoce José Daniel, poco de lo logrado, hasta al menos 2.011, pudiera haber sido posible.

4. Primer período de excarcelación (2011- 2019)

En 2.010, el presidente español Rodríguez Zapatero negocia gracias al apoyo del Cardenal cubano Jaime Ortega Alamino, que era en esos momentos objeto de chantaje por parte de la dictadura por ciertos errores de índole personal, el lavado de cara de la dictadura cubana en Europa gracias a la comercialización de la expulsión forzada de los presos de la Primavera Negra de Cuba a cambio de prebendas políticas para el régimen. Rodríguez Zapatero, actualmente conocido por trabajar con el régimen criminal de Maduro en el lavado de su imagen internacional, dio su primera muestra de falta de escrúpulos y falta de respeto a los presos políticos con este acuerdo en 2010. El resultado, como se demuestra con cifras en este apartado, no pudo ser más beneficioso para el régimen de Cuba ni más negativo para la evolución de la represión en Cuba.

Al estar siendo chantajeado, el Cardenal Ortega, forzado a seguir las directrices del régimen presentó a cada preso en cada prisión, a veces personalmente y a veces a través de terceros, sin preaviso ni información alguna, un escrito denigrante en el que se les instaba a firmar la expulsión forzada de Cuba de por vida, a cambio de su “liberación”. Era la primera vez que la Iglesia Católica legitimaba la prisión política en Cuba, aunque se debió a una situación personal muy relacionada con el propio Cardenal y al empuje del expresidente español Zapatero.

En paralelo, las fuerzas políticas de izquierda en el Parlamento Europeo buscaban con este lavado de cara la eliminación de la Posición Común impulsada por el presidente Aznar en Europa, dando paso a la mayor época represiva del régimen cubano en este siglo (2016-2025). Cuando Mariano Rajoy asumió el poder en España, continuó con esta política diseñada por Zapatero hasta consumar la dádiva de los mayores beneficios políticos y económicos de las últimas décadas que el régimen ha obtenido por intercambiar la expatriación forzada y denigrante de personas inocentes y torturadas en prisión: el Acuerdo de Diálogo Político entre la UE y Cuba, y la restauración de relaciones y eliminación de sanciones por parte de los Estados Unidos a Cuba, impulsada por el Presidente Obama y consolidada por la liberación adicional de 55 nuevos presos políticos en 2015 que, además, habían sido encarcelados tras la expulsión de Cuba de los presos de la Primavera Negra y el lavado de cara de estos regímenes que ya es una marca bien conocida del expresidente Zapatero.

Como resultado, a primeros de 2011 y tras la expatriación forzosa, la sociedad civil cubana publicó las 2.074 detenciones por motivos políticos en Cuba en 2010 y la encarcelación de decenas de nuevos presos políticos. Es decir, tras la “expulsión” de Cuba de los inocentes presos políticos torturados de la Primavera Negra, el régimen volvió a completar la lista de 100 presos políticos rápidamente. Informes históricos dan una muestra de ello: 87 en 2013, 114 en 2014, 93 en 2016, 120 en 2018, y más de 130 en los años posteriores, hasta llegar a los más de 1.150 en la actualidad. Los registros de detenciones arbitrarias de corta duración reflejan la actividad represiva del régimen entre 2010 y 2016:

Fuente: Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional

No obstante, 12 prisioneros políticos de la Primavera Negra, previendo que nada se conseguía con dicha comercialización denigrante de su “liberación”, como demuestran las cifras y datos que ya hoy día conocemos, se negaron a salir de Cuba y prefirieron permanecer en prisión. José Daniel Ferrer y Félix Navarro fueron los últimos de todos ellos que, negándose a ser expulsados de Cuba, fueron excarcelados el 23 de marzo de 2011 bajo un régimen carcelario-domiciliar en el que fueron víctimas de decenas de citaciones, detenciones, torturas y maltratos hasta su nuevo encierro carcelario en 2019 y 2021, respectivamente.

4.1.1. La labor de ayuda humanitaria de José Daniel Ferrer tras su excarcelación

Desde los primeros días tras su llegada a la sede de la UNPACU, José Daniel Ferrer retomó su labor de ayuda humanitaria distribuyendo alimentos y medicinas, empezando por la distribución en su sede y ampliando sus operaciones a nivel nacional.

A principios de 2012 las labores de ayuda humanitaria se ampliaron con apoyo del exilio realizando actividades para los niños más desfavorecidos en Santiago de Cuba (repartos de Altamira, Vista Hermosa, Antonio Maceo y Mariana de la Torre), Palma Soriano, Palmarito de Cauto y Municipio San Luis. Durante las navidades, UNPACU recogía y distribuía juguetes y regalos entre los niños más desfavorecidos de la sociedad. Las actividades humanitarias de la UNPACU se impulsaron enormemente en este período y de sus multitudinarios efectos quedan pruebas en el canal de YouTube de la UNPACU y en numerosos comunicados de la organización, centrada en el activismo social y de derechos humanos, por entonces con presencia en todas las provincias de la isla de Cuba y miles de activistas. José Daniel Ferrer fija en 2014 su residencia en Santiago de Cuba, donde implantó 5 comedores sociales sólo en la ciudad de Santiago de Cuba, y donde se alimentaba y daban servicios sociales diversos diariamente a más de 1.000 personas en estado de vulnerabilidad.

Además de estas acciones, los activistas de la UNPACU se involucraban en la reparación de viviendas en mal estado; servicios de limpieza en patios y hogares de personas necesitadas; servicios de ambulancia gratuita durante años (de 2011 a 2018) llevando tanto pacientes a los hospitales como médicos a las casas de los pacientes, donde los propios médicos -poco a poco y de forma creciente- iban solicitando de forma clandestina la ayuda humanitaria de la UNPACU ante la inacción del estado; servicios de ayuda humanitaria cotidiana a ancianos sin familiares; construcción de pequeñas casas de madera o de hormigón; y servicios de limpieza e higienizado de zonas, calles y parte de la bahía de Santiago, recogiendo escombros, plásticos y contaminantes. La UNPACU también puso en marcha un servicio de barbería para los indigentes y necesitados que no tenían cómo poder pagar a un barbero. Dos células de UNPACU incluso levantaron puentes para acercar zonas con barreras naturales que obligaban a dar largas caminatas para pasar de unas a otras. UNPACU creó una lavandería comunal en distintos puntos de Santiago de Cuba para atender a familias y personas que no podían disponer de la adecuada limpieza de sus ropas y textiles.

En 2016, el primer y único viaje internacional de José Daniel Ferrer, realizado en tiempos de la Administración Obama, le permitió conseguir nuevas aportaciones particulares de financiación para la labor de ayuda humanitaria en toda la isla, que facilitó el crecimiento de la labor de ayuda humanitaria que se repartió entre cientos de personas necesitadas por toda la isla.

A partir de 2018 la UNPACU, gracias a la incorporación de la doctora Nelva Ismarays Ortega Tamayo, abrió un consultorio médico permanente que estuvo activo sin descanso desde 2018 hasta 2021, incluso mientras estuvo José Daniel en prisión en 2019. El éxito del consultorio fue muy notable, al ser la doctora Ortega Tamayo la misma que anteriormente pasaba consulta en un consultorio médico estatal, y por ello la población tenía plena confianza en su profesionalidad en algo tan delicado. La doctora, tras pasar por la violencia policial y frecuentes detenciones por su labor de ayuda humanitaria en la sede de la UNPACU, renunció a trabajar en la salud pública para dedicarse exclusivamente al consultorio de UNPACU.

La reacción de la policía política a la labor de ayuda humanitaria desarrollada por la UNPACU, además de detener y encarcelar a numerosos activistas, fue asaltar las sedes y robar alimentos, ollas, fogones, neveras, dinero en metálico, sillas, mesas, vajilla, cristalería y cubiertos, entre otros. En otras sedes, la policía política desmanteló las lavanderías comunales allanando las sedes y robando las lavadoras con las que prestaban este servicio, como en la sede de Santa Bárbara, en Santiago de Cuba. En muchas ocasiones, le quedaron por robar sólo las paredes y los suelos del inmueble. Como, con cada robo, la solidaridad con la labor de ayuda humanitaria de José Daniel Ferrer en Cuba y fuera de Cuba crecía aún más, la policía política le fabricó a José Daniel Ferrer una serie de delitos absurdos con el que encarcelarlo de nuevo desde octubre de 2019 hasta marzo de 2020.

Tras temer por su vida a primeros de noviembre de 2019, destruido físicamente mediante torturas y maltratos de todo tipo y un aislamiento extremo, Ferrer fue excarcelado en régimen carcelario-domiciliar en marzo de 2020 de nuevo por la enorme presión que recibió el régimen de Cuba y el propio Canciller europeo Josep Borrell por parte del Parlamento Europeo y otros actores diversos.

5. Segundo período de excarcelación (2020 – 2021)

Cuando José Daniel Ferrer fue excarcelado en marzo de 2020, la Covid estaba en plena expansión y se puso énfasis en los servicios médicos. Además de la Covid, numerosas personas tenían enfermedades en la piel, como la escabiosis. Debían conseguir medicamentos adecuados para estas afecciones. En la sede de la UNPACU se atendía clínicamente a hasta 50 personas de forma diaria. La Seguridad del Estado cercó la sede, golpeaba a los activistas, los multaba y detenía de forma arbitraria cuando se dirigían o salían de la sede, y detenía también a los beneficiarios que se acercaban para recibir servicios de todo tipo. A alguna de las personas que acudían a la sede los amenazaban con internarlos en el Hospital Psiquiátrico Gustavo Machín, San Luis de Jagua, como forma de amenaza que llegaron a ejecutar contra numerosos indigentes y personas vulnerables que se acercaban a la sede. A tal punto llegó la policía política que raptó y llevó a la muerte en dicho hospital tenebroso a un indigente con problemas mentales, indefenso, y que no causaba problema alguno, llamado Francisco Rodríguez Correoso, por negarse a dejar de acudir a la UNPACU.

Para evitar esta represión, la UNPACU realizó una huelga de hambre en la primavera de 2021 protestando por el cerco policial contra la labor de ayuda humanitaria de la UNPACU. Esta tensión creciente llevó a la policía política a encarcelar de nuevo a José Daniel Ferrer cuando se dirigía para intentar participar en las protestas del 11 de julio de 2021. Tras el encarcelamiento de José Daniel Ferrer, la doctora Nelva Ismarays Ortega Tamayo y diversos activistas continuaron con la labor de ayuda humanitaria hasta que el régimen fue deteniendo y encarcelando activistas, consiguiendo que las operaciones de labor de ayuda humanitaria fueran insostenibles.

La prisión sufrida por José Daniel Ferrer en el período entre el 11 de julio de 2021 y el 16 de enero de 2025 fue la más inhumana sufrida por éste hasta la fecha. José Daniel Ferrer sufrió de las condiciones continuadas más adversas de las que se tienen noticia sobre cualquier preso de conciencia en el hemisferio occidental en muchos años. Sobre dichas condiciones, en Prisoners Defenders hemos emitido numerosos informes y llamados a la acción, y en numerosas ocasiones se ha temido por la vida de José Daniel Ferrer. Naciones Unidas llegó a emitir 2 Acciones Urgentes de Desaparición Forzada por la ausencia, durante meses, de pruebas de vida de José Daniel.

Mientras éste se encontraba en estas condiciones, luchando por sobrevivir física y psíquicamente, todos los activistas de la UNPACU fueron implacablemente perseguidos y no pocos de éstos se vieron obligados a dejar el país. Otros tuvieron que dejar el activismo por temor por sus vidas, llevando a la UNPACU a una cierto grado de inactividad que tuvo sin embargo el apoyo constante, como siempre en las peores épocas, de Ana Belkis Ferrer García que, desde Texas, coordinó las acciones humanitarias en favor de los presos, mientras la doctora Ortega Tamayo, ya esposa de José Daniel Ferrer, luchaba incansablemente por la vida de José Daniel desde Santiago de Cuba, enfrentando a los represores y denunciando a nivel internacional todas las barbaries que su marido sufría.

6. Datos de la Labor de ayuda humanitaria actual (2025 – actualidad)

Cuando José Daniel Ferrer salió de prisión el día 16 de enero de 2025 encontró una avalancha de personas que venían a agradecer el trabajo que durante años había realizado en Santiago de Cuba. Las condiciones de salud y físicas de las personas que acudían alertaron a José Daniel a tal grado que, desde el primer día, en contra de sus propios planes de realizar una serie de viajes, empezó a dar servicios humanitarios a la población. Aunque empezó atendiendo ese mismo día a 16 personas, ya el jueves siguiente dieron 196 servicios de atención social (65 desayunos, 105 almuerzos y 26 pacientes del consultorio médico). Algunos de los activistas que dan servicios humanitarios en la semana de forma desinteresada pernoctan en la sede de la UNPACU dichos días para poder empezar a trabajar desde la hora más temprana posible.

El total de beneficiarios únicos que se han ido sumando ha alcanzado la cifra de 2.098 beneficiarios distintos en este período, cuya evolución puede verse en el siguiente gráfico:

En la sede la UNPACU se suceden las escenas que enternecen el corazón de los que en dicha sede trabajan por los necesitados. Agradecimientos y aplausos espontáneos, llantos de alegría, de cariño, de puro agradecimiento, son todos momentos habituales en la sede. Para ilustrar algunos de esos momentos, hemos elaborado un vídeo que se comunica con este informe de forma paralela:

6.1. Comedor Social

El servicio de comedor social no sólo se presta a los que acuden a la sede. Personas postradas en la cama, enfermas, también envían familiares y allegados que les hacen llegar los alimentos que recogen en la sede de la UNPACU. Desde madres solteras con varios hijos que viven en condiciones extremas de necesidad a personas enfermas, ancianos, adictos al alcohol que no superan su enfermedad y corren peligro de muerte por la falta de alimentación adecuada, el abanico de personas que acuden a la sede es muy diverso, y siempre se atiende a todos los que lleguen.

En ocasiones llegan también personas en perfecto estado de salud, pero que encuentran la necesidad de pedir una ayuda humanitaria. En dichos casos no se les niega la ayuda humanitaria, pero sí se les solicita la ayuda, tanto buscando leña, como cargando provisiones y haciendo labores de logística, se les pide que contribuyan, ya que su salud se lo permite y viendo el panorama de necesidad, todos comprenden perfectamente la necesidad de ayudar humanitariamente.

6.1.1. Desayunos

El día comienza en la UNPACU desde temprano, con la compra de alimentos, la recepción de proveedores y la movilización en la sede de Altamira. Ello superando las amenazas e impedimentos que la policía política ejecuta contra proveedores, transportistas y todo aquel que desde temprano colabora con la UNPACU en este cometido. Numerosos comerciantes han sufrido multas arbitrarias y amenazas de la policía política para impedirles que vendan productos y presten servicios a la UNPACU. No obstante, la irracionalidad de la medida y la percepción de beneficio social tan inmensa que provoca la labor de ayuda humanitaria de la UNPACU ha llevado a muchos de estos comerciantes a soportar la represión, pagar las multas arbitrarias, y hacer oídos sordos a la policía política.

Aunque el desayuno es la comida del día que más impacta en el organismo humano, la afluencia de personas es menor que a la hora del almuerzo. El incremento del servicio de desayunos humanitarios, no obstante, es notable y se ha consolidado con el servicio de desayunos a 2.875 beneficiados en un período de 58 días, comprendidos entre el jueves 16 de enero de 2025 (la última excarcelación de José Daniel Ferrer) hasta el viernes día 14 de marzo de 2025. Si bien en las primeras semanas el promedio de desayunos servidos diariamente estuvo en torno a los 65 desayunos, el incremento de personas que acuden a alimentarse en la sede de la UNPACU ha llevado a alcanzar a las 100 personas diarias.

6.1.2. Almuerzos

El almuerzo es la comida del día que más afluencia tiene. Debido a ello, el crecimiento masivo de la cantidad de personas beneficiadas con el servicio de almuerzo ha sido destacable, pasando de unas decenas de beneficiarios los días inmediatamente después de la tercera excarcelación de José Daniel Ferrer, hasta los cientos de beneficiarios al día en la actualidad. En concreto, en la sede de la UNPACU, en el período comprendido entre el jueves 16 de enero de 2025 (última excarcelación de José Daniel Ferrer) hasta el viernes día 14 de marzo de 2025, se ha suministrado el almuerzo a un total de 8.010 personas, distribuidas de la siguiente manera:

Como se puede evidenciar el crecimiento es destacable, llegando a alcanzar y superar una media de más de 300 beneficiarios cada día.

6.1.3. Cenas

Debido al intenso trabajo en la sede de la UNPACU todos los días, la cena debiera ser un momento de descanso para la familia de Ferrer, hogar donde se desarrolla esta labor de ayuda humanitaria, y para los activistas de la UNPACU. Sin embargo, la afluencia de personas es tal que tanto la familia Ferrer como los activistas de la UNPACU no han dejado de dar el servicio de comedor social también durante la caída de la tarde y noches. El comedor social de cenas ha alcanzado a un total de 1.965 beneficiarios entre en el período comprendido entre el jueves 16 de enero de 2025 (última excarcelación de José Daniel Ferrer) hasta el viernes día 14 de marzo de 2025, con la siguiente distribución:

6.2. Atención Sanitaria

La atención sanitaria es clave para la población cubana, que adolecen del personal médico que es llevado, en un alto porcentaje de los casos de forma obligatoria o mediante coacciones al extranjero para producir, mediante esclavitud, [1] miles de millones de dólares al año en divisas que son destinadas fundamentalmente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) para potenciar la represión y el control social, debido a que sólo el 1% de los beneficios se destinan a la salud pública en Cuba. En estas misiones, Cuba también exporta los medicamentos que produce, alejándolos de su población, lo que ha exacerbado la carencia de medicamentos en la isla a niveles jamás vistos anteriormente.

Este uso de los médicos de Cuba como mecanismo de trabajo forzado y de los medicamentos producidos en Cuba, todo ello para la obtención de ingresos multimillonarios para el régimen, ha dejado a los ciudadanos en Cuba sin servicios de salud en muchos casos, y en otros casos con servicios extremadamente mermados.

6.2.1. Servicios de atención médica

Las carencias que sufre la población de Cuba en sus servicios básicos (electricidad, gas, agua, comida, alojamiento de calidad y otros) es paupérrimo al más alto nivel que se haya documentado en la isla en siglos. Esta situación produce en la población una desnutrición severa y prolongada, con graves carencias de vitaminas, carbohidratos, proteínas y aminoácidos esenciales derivados de la baja ingesta de carne o sustitutos válidos de ésta. La falta de agua corriente y de calidad, unida a las bajas defensas de los organismos por la falta de alimentación, es causa conjunta de la proliferación de enfermedades infecciosas que antaño habían sido erradicadas o que estaban bajo mínimos en toda la región, como la tuberculosis, el dengue, la fiebre de Sica, la fiebre de Oropouche, y muchas otras. Ello, unido a la carencia de médicos que son extraídos forzosamente para producir dólares para el régimen en el exterior, ha devenido en una crisis humanitaria de salud de proporciones inmensas.

Casos habituales de las personas que visitan la UNPACU para solicitar servicios médicos son niños (atención pediátrica) y embarazadas, muchos con signos de desnutrición, anemia. También son frecuentes las enfermedades respiratorias y de la piel. Acuden ancianos muy vulnerables y personas con enfermedades crónicas (hipertensión, diabetes y otras). Muchas de las personas llegan con desnutrición moderadas o severas. También acuden alcohólicos y adictos que tienen complicaciones de salud diversas. Acuden igualmente personas con necesidad de medicamentos que no encuentran en Cuba, como los antidepresivos en casos de trastornos de orden psicológico o psiquiátrico. También acuden pacientes oncológicos con dolores y que buscan algún medicamento para su dolencia. Son frecuentes las visitas de discapacitados con problemas diversos. También acuden personas con problemas de estómago, úlceras, gastritis, y todo un abanico enorme de dolencias. Se tratan muchos enfermos de sarna, escabiosis y forúnculos. También acuden muchos enfermos asmáticos.

En todos los casos en los que se detecta la necesidad de tratamiento clínico urgente en una institución hospitalaria, se le dan las indicaciones oportunas para que acudan e informen al centro hospitalario sobre la consulta y el informe de esta, y si la persona no cuenta con los medios, se le ayuda humanitariamente con el transporte hasta el hospital, bien por medio de un activista o, en algunos casos, pagando el transporte al centro hospitalario.

La UNPACU, consciente de esta situación de necesidad y demanda de servicios médicos, dispone de una médico de guardia permanente en la sede de Altamira, Dña. Nelva Ismarays García Tamayo, cuyos servicios médicos humanitarios han sido disfrutados por 1.195 pacientes en el período entre el jueves 16 de enero de 2025 (última excarcelación de José Daniel Ferrer) y el viernes día 14 de marzo de 2025, con la siguiente distribución:

6.2.2. Medicinas

La carestía de medicamentos en las clínicas y hospitales destinados a la población (no así con las clínicas privadas para la atención de extranjeros y miembros del buró político del régimen) es alarmante.

Las farmacias no tienen apenas medicamento alguno y mantienen sus estanterías desde hace años completamente vacías. La población tiene que acudir a sus familiares en el exterior y la compra de medicinas en el mercado informal, cuando los hay, que además multiplican su precio haciéndose inaccesibles para la mayoría del pueblo.

Una causa troncal de la carestía de medicamentos en Cuba (cuando es público y notorio que en el año 2000 el embargo americano fue eliminado para los productos agroalimentarios y medicinas [2]) son las llamadas misiones médicas en el exterior. Cuba produce multitud de medicamentos, pero saca del país lo que produce para exportarlo a los países contratantes de estos esquemas de esclavitud, [3]  alejando a su población de la provisión de los medicamentos que produce, lo que ha exacerbado la carencia de medicamentos en la isla a niveles jamás vistos anteriormente.

Por otro lado, aunque las misiones médicas en el exterior son el 50% de la balanza comercial de Cuba, y suponen unos ingresos de entre 6 y 8 mil millones de dólares anuales, Cuba sólo invierte apenas un 1% de estos ingresos en su propia sanidad pública.

La UNPACU y su dirección médica suministran habitualmente todo tipo de medicamentos y complejos farmacéuticos de uso cotidiano en países desarrollados, donde destacan complejos vitamínicos, analgésicos, antinflamatorios, antipiréticos y antibióticos.

7. La reacción del régimen

El régimen, por alguna razón amoral y clínico-psiquiátrica de sus dirigentes, ya que no puede existir otra razón, detesta y le tiene un tremendo pavor al suministro de estos servicios humanitarios a la población.

Pero esto, que podría creerse que se debe a un problema político-ideológico particular con José Daniel Ferrer, en realidad ocurre en todas las esferas de la ayuda humanitaria independiente en Cuba. Si el gobierno no controla y maneja los fondos, toda acción humanitaria está perseguida y es asediada hasta su extinción.

El régimen también prohíbe y limita al extremo la posibilidad de dar estos servicios humanitarios a las parroquias y congregaciones religiosas de todas las religiones (católica, evangélica, yoruba o islámica), al igual que limita a estas organizaciones religiosas para dar servicios de educación y sanidad, como demostramos con el estudio sobre la violación de la libertad religiosa en Cuba que realizamos en colaboración con Outreach Aid to the Americas (OAA) para la USCIRF en 2022.

En dicho estudio, el 59% de los 56 clérigos y jerarcas consultados de 4 distintas religiones (católica, evangélica, yoruba o islámica) respondieron que “la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Partido Comunista de Cuba impide o prohíbe el reparto, e incluso confiscan, la ayuda humanitaria destinada a ser repartida por la Iglesia, la Parroquia el Grupo o la Congregación”.

Igualmente, casi todos los clérigos, religiosos y jerarcas eclesiásticos de 4 distintas religiones concuerdan en que “la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Partido Comunista de Cuba no permite la creación de escuelas homologadas y reconocidas”.

La persecución de los activistas altruistas que colaboran con la UNPACU en esta labor de ayuda humanitaria se concreta en persecución, multas, citaciones, detenciones e incluso con la prisión política, como es el caso de los dos encarcelamientos de José Daniel Ferrer y de los de Fernando González Vaillant, Roilán Zárraga Ferrer, Ian Gámez Gell y otros muchos activistas que sufren persecuciones extremas para evitar esta labor de ayuda humanitaria, proscrita en Cuba en su peor período en décadas.

Todo hiciera pensar que uno de los dogmas del régimen es que debe monopolizar los servicios humanitarios o, de lo contrario, su supervivencia podría ponerse en entredicho. En la cultura democrática, más bien al contrario, en el momento en que el Estado ni provee ni deja proveer servicios sociales adecuados a la población es motivo suficiente para que los gobiernos caigan en desgracia y pierdan su poder. El régimen cubano, que hoy en día apenas presta servicio alguno de calidad a la población con la intensidad y necesidad que ésta los necesita, mientras mantiene una economía donde el gasto gubernamental es de una proporción gigante para el producto interior bruto y las partidas del presupuesto del Estado relacionadas con la represión y la propaganda internacional son enormes, sin embargo, persigue y encarcela a quien ose dar servicios de forma independiente a la población, como José Daniel Ferrer y la UNPACU.

La comunidad internacional debe reaccionar ante esta situación y debe exigir al régimen de Cuba un cambio radical en este terreno, pues la hambruna y la necesidad en Cuba son de una dimensión antológica y el Estado está completamente desbordado en sus capacidades para atender a la población.

8. Llamamiento para colaborar con esta labor

Si quiere colaborar con esta labor de ayuda humanitaria puede ponerse en contacto con nosotros en los siguientes emails y teléfonos:


[1] Acusaciones de esclavitud de las misiones médicas cubanas más relevantes: 3 acusaciones explícitas de esclavitud en Naciones Unidas (AL CUB 6/2019, CRC/C/CUB/CO/3-6 párr. 34c y 35c, AL CUB 6/2023), 4 resoluciones aprobadas por mayoría absoluta sobre la esclavitud de las misiones cubanas en el Parlamento Europeo (P9_TA(2021)0292, P9_TA(2021)0389, P9_TA(2023)0280 y P9_TA(2024)0122), informe sobre la esclavitud de las misiones médicas cubanas de Human Rights Watch, resolución aprobada por mayoría absoluta por el Congreso de España sobre las “Evidencias de trata de seres humanos y esclavitud moderna en las misiones de colaboración exterior de Cuba”.

[2] Trade Sanctions Reform and Export Enhancement Act of 2000 (TSRA; P.L. 106-387, Title IX)

[3] Acusaciones de esclavitud de las misiones médicas cubanas más relevantes: 3 acusaciones explícitas de esclavitud en Naciones Unidas (AL CUB 6/2019, CRC/C/CUB/CO/3-6 párr. 34c y 35c, AL CUB 6/2023), 4 resoluciones aprobadas por mayoría absoluta sobre la esclavitud de las misiones cubanas en el Parlamento Europeo (P9_TA(2021)0292, P9_TA(2021)0389, P9_TA(2023)0280 y P9_TA(2024)0122), informe sobre la esclavitud de las misiones médicas cubanas de Human Rights Watch, resolución aprobada por mayoría absoluta por el Congreso de España sobre las “Evidencias de trata de seres humanos y esclavitud moderna en las misiones de colaboración exterior de Cuba”.

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